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El cáncer y la conducta sexual


Hablar de cáncer es casi hablar de muerte. Suena drástico y lastimoso, lo sé. Sin embargo, es necesario que en esta página encuentres temas variados dependiendo de la problemática que te aqueje o bien, la sugieras a alguien que conozcas que necesite información que le pueda ser de utilidad. 

Existe mucho sufrimiento alrededor de esta enfermedad física. Hay deterioro progresivo de las habilidades, así como debilitamiento en muchos aspectos tales como; físico, intelectual, emocional, etc. La persona que lo padece está más ocupada en la enfermedad, que su vida sexual la deja de lado. 

Los prejuicios relacionados con la enfermedad oncológica trae consigo que la conducta sexual resulta impropia e inadecuada. Está tan profundamente arraigado, que salvo en casos muy específicos como en el cáncer de próstata o el de vulva, es muy difícil que el tema sea abordado. Siquiera por el médico tratante, y menos aún por los pacientes.

En los cánceres ginecológicos, es frecuente que muchas personas crean que la actividad sexual puede llegar a producir daño al paciente, contagiar a la pareja e incluso interferir con el tratamiento. 

Las personas que padecen esta enfermedad tienen afectada su imagen corporal debido a los cambios que sufre el cuerpo, como son: alopecia (pérdida de cabello, mutilaciones, variaciones con el peso). Con todo esto se fomenta la inseguridad y deterioran la autoestima de quien la padece, generando importantes inhibiciones en la conducta sexual del enfermo. 

El ciclo de la respuesta sexual en el paciente oncológico, puede ser dañado en cualquiera en cualquiera de sus etapas. Deseo, excitación y orgasmo. Esto es debido a la interacción existente entre los factores psicológicos disparados por el diagnóstico y las alteraciones que la enfermedad y sus tratamientos llegan a producir en la estructura hormonal, vascular y neurológica, constituyentes del sustrato biológico de la respuesta sexual. 

No se puede dejar de tomar en cuenta la conducta sexual de un paciente, sin conocer y evaluar su historia personal y su sexualidad previa al diagnóstico de la enfermedad, como también su relación de pareja y las características particulares de la misma. 

Es muy probable que aunque se padezca esta terrible enfermedad, en algunos casos la persona desee tener un encuentro íntimo con su pareja, más habrá que mejorar la imagen corporal deteriorada por mutilaciones o deterioro físico en terapia para apoyar a que reanude su vida sexual con previo apoyo de su compañero de ruta.

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